Crueldad en la cría industrial: deberían prohibirse las granjas?

Factory Farming: Veal Crates. Credit: George Steinmetz

Cuando observamos las buenas razones por las cuales los diferentes gobiernos crean leyes para prohibir cuestiones en concreto (no las razones dudosas y egoístas que también pueden surgir), a menudo se debe a que estas cuestiones forman parte de una de las siguientes tres categorías: están prohibidas porque causan daño a alguien; porque causan daño al planeta; o porque son injustas.

Veamos algunos ejemplos: el tabaco está prohibido en Bután; las granjas de pieles están prohibidas en Gran Bretaña; las bolsas de plástico están prohibidas en Marruecos; y en toda Europa, es ilegal discriminar a las personas por sexo, raza, color, origen étnico o social, religión, opinión política, discapacidad, edad u orientación sexual.

Estas leyes tienen sentido. Protegen a las personas, al planeta y a los animales, porque los animales también son «alguien».

Y, sin embargo, a pesar de causar graves daños a los animales, las personas y el medio ambiente, y ser injusta con las comunidades más pobres y marginadas del mundo, la ganadería industrial aún no ha sido prohibida en ningún lugar del mundo. ¡Ni en uno!

¿QUÉ SON LAS GRANJAS INDUSTRIALES O INTENSIVAS?

Las granjas intensivas son instalaciones industriales donde los animales son criados, engordados y explotados para generar ganancias con su carne, su leche o sus huevos, a los cuales luego se sacrifica, sin excepción. Sus vidas se caracterizan por un intenso confinamiento, sus movimientos son severamente limitados, y sus comportamientos naturales, deseos y necesidades les son negados, sin llegar a experimentar nada que haga que sus vidas valgan la pena.

El noventa por ciento de los animales de granja se crían en granjas industriales.

¿QUÉ SON LAS LEYES MORDAZA AGROPECUARIAS?

La realidad de la ganadería contemporánea es tan impactante que, ante los hechos, el público reacciona radicalmente, no sólo expresando una ira totalmente justificada, sino cambiando sus propios hábitos y comportamientos. El aumento del veganismo se debe en parte a la revelación de investigaciones encubiertas que muestran al mundo cómo es la vida de los animales dentro de las granjas industriales. Habiendo visto la realidad y cuán brutal e innecesaria resulta, millones de personas ya han hecho la transición a una alimentación completamente a base de plantas. Al hacerlo, han encontrado una forma más compasiva de vivir y han desarrollado una mejor relación con el planeta, con los animales y con la alimentación.

Sin embargo, la industria de la cría de animales, controlada y dirigida por terratenientes y corporaciones multinacionales, nunca permitiría que tal disrupción de su negocio continuara sin ante sus ojos. La industria podría haber tomado responsabilidad por los horrores que revelaron esas investigaciones y comprometerse a cambiar sus formas pero, por supuesto, no lo hizo. Al contrario, empezó a hacer presión para que se introdujeran los proyectos de leyes mordaza agropecuarias (en inglés: ag-gag laws), leyes destinadas a silenciar a los investigadores y a encubrir la verdad.

Los detalles de los proyectos de leyes mordazas varían de estado a estado y de país a país, pero comúnmente hacen ilegal fotografiar o filmar una granja industrial sin el permiso del propietario y también prohíben que un investigador encubierto intente obtener trabajo en una granja industrial.

La primera ley mordaza se introdujo en Kansas hace unos 30 años, aunque en enero de 2020, la mayor parte de esa ley fue revocada ya que se violaba la Primera Enmienda de EE.UU. Desde que Kansas encabezó la demanda de desinformación, 28 estados han intentado aprobar leyes mordaza, 9 tuvieron éxito en un primer momento pero sólo 6 siguen en pie actualmente.

La batalla continúa. Está en juego nuestro derecho a la información libre y verdadera, y a la elección libre del consumidor de que su dólar financie o no las crueldades de las granjas industriales.

ANIMALES EN GRANJAS INDUSTRIALES

Miles de millones de animales de granja en todo el mundo están confinados en jaulas o en espacios tan pequeños que apenas pueden moverse. Habitualmente, los cerdos, gallinas, pavos y terneros se encuentran confinados de esta manera, pero los peces también son víctimas del sistema de granja industrial. Los animales se encuentran apilados unos encima de otros, son alimentados al mínimo para mantenerlos con vida, y cada centavo gastado en ellos se contabiliza y rentabiliza. Finalmente, cuando es hora de cobrar, se los envía a la muerte.

Los animales son seres sensibles con quienes compartimos este planeta. Son nuestros hermanos, nuestros compañeros de viaje en la vida. Pero en el mundo actual de producción en masa y comercio global, los animales son tratados como un producto más destinado a la comercialización, sus vidas solo valen lo que el cliente esté dispuesto a pagar por las partes de sus cuerpos convertidas en carnicerías.

Confinamiento, golpes, mutilaciones, embarazos forzados, sustracción de sus crías, de sus huevos, de su semen y de su leche, y arrebato de sus vidas sin compasión. La forma en que tratamos a los animales, justificándonos con la ley, es algo que las generaciones futuras sin duda tendrán dificultades para comprender. Tal vez hasta les costará perdonarnos.

Pollos

Se han creado dos tipos distintos de pollo; uno que aumenta de peso rápidamente y, por lo tanto, se puede explotar y matar por su carne a mayor velocidad; y otro que puede producir una gran cantidad de huevos, a pesar de ser alimentado mínimamente.

La mayoría de las gallinas criadas para producción de huevos están enjauladas. Las gallinas no tienen mucho más espacio que el equivalente a una hoja de papel tamaño carta. No pueden extender sus alas, y tampoco pueden sacudir el polvo, anidar, forrajear o rascarse en la tierra, lo constituye el comportamiento natural de estas brillantes aves.

En esas jaulas, que dañan sus pies, a las aves se les niega todo lo que necesitan para tener buen estado de salud y ánimo. Esto de por sí ya es malo, pero hay mucho más que contribuye a su sufrimiento más allá del encierro. Es una práctica común en la industria forzar el ayuno a las aves por hasta 21 días; esta práctica se conoce como “muda forzada”. Esta inanición de tres semanas hace que las aves pierdan peso, pierdan plumas y dejen de poner huevos, pero cuando comienzan a poner nuevamente, se ha descubierto que esos huevos son más grandes y, por lo tanto, más rentables. Prácticas como esta son innegablemente crueles, y han sido prohibidas en muchas partes del mundo, incluidas India y Europa.

En cuanto a las aves criadas para carne, les espera una experiencia diferente de crueldades, aunque sin duda igual de traumática. Puede que no estén enjauladas, pero pasan sus tristes y cortas vidas dentro de enormes almacenes junto a decenas de miles de otros individuos. Debido a que estas aves han sido criadas para subir mucho de peso rápidamente, sus corazones, pulmones y huesos a menudo no pueden hacer frente a las demandas de un cuerpo en rápido crecimiento. Los ataques al corazón y las piernas rotas son comunes. Quienes no pueden llegar a los comederos, mueren de hambre. Cuando los envían al matadero, todavía son bebés: tienen los ojos azules de un pollito y sus voces todavía tienen el tono de pájaros recién nacidos. Por lo general, tienen solo 48 días de edad cuando son llevados a sus muertes.

Cerdos

Diversos estudios apuntan a que los cerdos son tan inteligentes como los chimpancés. Pueden jugar a videojuegos, son excelentes para resolver laberintos y pueden comprender el lenguaje simbólico. Las personas que se encuentran con ellos en los santuarios de animales a menudo se sorprenden al ver que mueven la cola como los perros cuando están felices.

En las granjas, la historia cambia radicalmente. Las cerdas son confinadas en jaulas de gestación durante todo el embarazo de 16 semanas. Estas jaulas metálicas con pisos de listones son tan pequeñas que los animales solo pueden estar de pie o acostarse, pero no pueden darse la vuelta ni dar un paso adelante o atrás. Durante el embarazo, en un entorno natural, las cerdas caminan muchísimos kilómetros para encontrar un espacio seguro en el que construir su nido, pero en las cajas no hay a dónde ir y nada con lo que hacer un nido. Desesperadamente, todavía lo intentan, haciendo movimientos inútiles para dar a sus crías un lugar seguro para nacer.

Al igual que la mayoría de los animales de granja, los cerdos sufren mutilaciones rutinariamente, incluidos el corte de dientes, el corte de la cola y la castración, todo sin medicación ni ningún tipo de alivio del dolor. Ni siquiera se les ofrece esa pizca de compasión.

Vacas

De la misma manera que se crearon dos tipos de pollo, también hay dos tipos de vacas: una que produce mucho músculo para la carne de ternera, y otra que produce grandes cantidades de leche.

Las vacas criadas para carne generalmente se engordan en «granjas de engorde»: corrales grandes y estériles al aire libre, con algunas granjas que albergan hasta 85.000 animales a la vez. No tienen nada que hacer durante todas sus vidas excepto estar de pie y comer el pienso que les dan, ya que a estos animales de pastoreo ni siquiera se les permite pastar. Ya habiendo sido sometidos a mutilaciones, como marcas en los oídos, castración y marcación, todo lo que les queda es un viaje aterrador y de larga distancia al matadero.

Las vacas que se usan para la leche no la producen como si abrieramos un grifo. Como todos los mamíferos, primero tienen que estar embarazadas y producen esa leche para alimentar a su ternero, no para endulzar nuestro café. Las vacas son madres muy dedicadas, pero desde un punto de vista industrial, la cría no es más que un subproducto no deseado. Es la leche lo que es valioso, no el bebé y, por lo tanto, si nace macho, suele ser sacrificado el mismo día en que nace. Otra opción en ese caso es ser separado inmediatamente de su madre, encadenado y confinado en una jaula y alimentado con una fórmula artificial para mantener su carne pálida para la satisfacción de aquellos a quienes les gusta el sabor de la ternera.

Por otro lado, las terneras hembras pueden ser forzadas a incorporarse al rebaño lechero, y su vida será igual que la de sus madres, hasta cuando al final, agotadas, cojas y gastadas, también sean enviadas al matadero.

Pavos

La vida de los pavos es muy parecida a la de los pollos. Se crían en enormes cobertizos industriales donde permanecen de pie sobre la arena empapada de orina que quema su piel, lo cual puede causar úlceras dolorosas y cojera. El pájaro que conocemos hoy como pavo se parece poco a los pavos salvajes que se alimentan en los suelos del bosque y pueden volar distancias cortas de hasta 80 kilómetros por hora.

Estas pobres aves no pueden volar, apenas pueden mantenerse en pie y ni siquiera pueden reproducirse de forma natural, todo porque han sido creadas para tener pechos grandes porque esa es la carne que los consumidores quieren.

Si tienes la oportunidad de interactuar con pavos rescatados en un santuario de animales, te sorprenderá lo amigables que son. Pueden ser muy charlatanes, les encantan los mimos y es probable que los machos muestren una gran exhibición de plumas y se pavoneen, como un pavo real, mientras intentan impresionarte.

Peces

Para quienes, intentando tomar una decisión consciente, han cambiado su consumo a peces de granja para reducir la presión sobre las especies silvestres, les espera un shock. La investigación científica apunta a que la cría de estas criaturas no ayuda a conservar a sus primos salvajes porque la alimentación de los peces de granja se basa en pescado, ¿y de dónde crees que lo obtienen? Así es, del océano.

La vida de los peces de granja es completamente miserable. Estas criaturas acuáticas pertenecen a los océanos, donde pueden nadar libremente, y son parte del gran ecosistema marino biodiverso. Por el contrario, los peces de piscifactoría viven en piscinas o jaulas pequeñas, estrechas y sucias. En ellas, los peces pueden sufrir diversos problemas de salud, como erosión de las aletas, cataratas oculares, deformidades esqueléticas e infestaciones de piojos de mar.

Las Autoridades Europeas de Seguridad Alimentaria afirman que las prácticas acuícolas comunes pueden provocar lesiones, estrés y una mayor susceptibilidad a las enfermedades, y que «la intensificación de la piscicultura ha provocado inevitablemente la aparición de enfermedades infecciosas».

¿Por qué esto es un problema? ¿Acaso los peces sienten dolor? La investigación concluye: sí, los peces sienten.

¿POR QUÉ LA GANADERÍA INDUSTRIAL ES DAÑINA PARA LOS ANIMALES?

Los humanos también somos animales, por lo que se necesita muy poca imaginación para entender por qué resulta una vida desagradable estar abarrotado dentro de un cobertizo sucio, con dolor, en un aire nocivo, sin estímulo alguno y observando a los que te rodean enfermarse o lesionarse y morir. Luego, están los procedimientos forzados: la inseminación artificial, las mutilaciones, el hecho de ser forzado a estar en jaulas o ser pateado, golpeado o electrocutado. Y ahora imagina dar a luz, y ser testigo de que te quiten a tus crías.

Todos tenemos deseos y necesidades, pero por encima de todo, las cosas que hacen que la vida valga la pena son vivir libre de dolor y de sufrimiento, tener un lugar seguro para vivir y criar a nuestros hijos, y cierta autonomía sobre nuestras vidas.

Los animales en las granjas industriales no tienen nada de eso.

Confinamiento extremo

Miles de millones de animales de granja en todo el mundo están confinados dentro de jaulas o compartimentos tan pequeños que apenas pueden moverse. Para estos animales, la liberación de su debilitante confinamiento es tristemente el día en que son enviados al matadero. Algunos estados han legislado para poner fin a las peores prácticas, pero la ganadería industrial y el tormento que ésta inflige siguen siendo la norma.

Sometemos a los animales y los vendemos baratos, como si fueran latas de frijoles en lugar de seres sintientes.

Crueldad hacia pollos

Las investigaciones muestran constantemente un alto nivel de sufrimiento y privaciones en las granjas de pollos.

En 2016, Mercy for Animals filmó a miles de aves tan apiñadas y apretadas en jaulas de alambre sucias que las aves apenas podían moverse sin gatear sobre las demás. Las aves enfermas y heridas sufrieron y murieron sin la atención veterinaria adecuada, y los cuerpos de los animales muertos fueron grabados pudriéndose en jaulas.

También en 2016, Compassion Over Killing (ahora llamado Animal Outlook) filmó a pollos broiler siendo arrojados contra las paredes, golpeados, destrozados por la maquinaria y pateados. En un caso, una trabajadora pisoteó la cabeza de una ave hasta que la asfixió.

Esto no es solo en Estados Unidos. Las investigaciones son en todo el mundo, incluidos el Reino Unido, España, México, Brasil, India y Australia, confirmando que, sin excepción, la compasión es incompatible con la ganadería industrial.

Abuso de cerdos

Las investigaciones en granjas porcinas muestran el constante nivel de sufrimiento que estos animales deben soportar.

En 2019, otra historia de terror llegó a los titulares, esta vez fue una granja de cerdos en Indiana, Estados Unidos. El video compartido por PETA mostró a los lechones de la granja muriendo, mientras que sus madres no podían alcanzarlos porque estaban atrapadas en jaulas. Se dejó morir lentamente a un bebé deformado justo al lado de sus hermanos sobrevivientes. Algunas de las madres cerdas tenían grandes llagas abiertas causadas por la presión de sus cuerpos contra el suelo de cimiento.

La investigación también reveló que un trabajador les cortó las colas a los lechones sin medicación y arrojó a los animales por el aire. Las imágenes mostraban también un sistema de desechos lleno de heces y orina. Las ratas, cucarachas, gusanos y otros insectos corrían libremente por los cobertizos en ruinas, que estaban llenos de cuerpos en descomposición, colas y cabezas de lechones muertos. Fue descrito como «una pesadilla».

Este no es un caso aislado. Así es como los cerdos suelen vivir (y morir) en granjas intensivas. Se puede ver el mismo sufrimiento en granjas porcinas en todo el mundo, incluyendo Francia, el Reino Unido, Nueva Zelanda, Polonia, Italia y Canadá.

No hay compasión para las vacas

En 2019, Animal Recovery Mission filmó a terneros en una granja lechera siendo pateados, arrastrados y tirados violentamente al suelo por varios trabajadores de la empresa. Mientras los atormentaban y maltrataban, sus madres desesperadas los llamaban una y otra vez hasta que sus voces se volvían roncas. Los que sobrevivieron fueron puestos en jaulas de terneros donde, jóvenes y vulnerables, luchaban por respirar mientras sucumbían a la deshidratación y desnutrición en temperaturas que llegaban a los 43 °C.

El investigador que consiguió el trabajo en la granja fue testigo de cómo los empleados “golpeaban, pateaban y apuñalaban a las vacas, a veces golpeando sus ubres con las garras de ordeño o empujándolas con tubos de metal y palos de escoba. Cuando las vacas en la línea de ordeño no cooperaban, los empleados frustrados rompían los huesos de la cola de las vacas como castigo. Diariamente, las vacas con ojos infectados, colas sangrantes rotas, ubres infectadas y placentas del parto colgando de sus cuerpos eran forzadas al sistema rotatorio.”

Las vacas sufren en granjas de todo el mundo, como lo demuestran las investigaciones en México, Argentina, Reino Unido, India, Australia, Canadá e Italia.

Pavos atormentados

Los pavos sufren las mismas miserias y abusos. Una investigación de Mercy for Animals descubrió las prácticas normalizadas en las que los trabajadores agrícolas pateaban y pisoteaban a los pájaros, los arrastraban por sus frágiles alas y cuellos y los arrojaban con maldad al suelo o encima de otros pájaros. En la unidad, las aves sufrían enfermedades y lesiones graves no tratadas, como llagas abiertas, infecciones y fracturas de huesos.

Las investigaciones han revelado que los pavos también sufren exactamente lo mismo en otros países, incluidos Canadá, España, Reino Unido y Australia.

Los peces también sufren

Imágenes encubiertas en una granja de salmón en Maine muestran salmones desfigurados que se sacan de tanques apretados y se arrojan en contenedores de plástico donde se les deja asfixiar lentamente. Algunos de los salmones en la granja sufrían de deformidades en la columna y algunos tenían hongos carcomiéndoles las caras. Los trabajadores fueron filmados golpeando y pisoteando a los peces.

Las investigaciones sobre la piscicultura siguen siendo poco comunes, pero las que se realizan constantemente muestran que la vida en una granja es un lugar terrible para los peces. Esta impactante investigación se filmó en piscifactorías de toda Europa.

REGLAMENTOS DE LA GANADERÍA INTENSIVA

Los animales criados para carne, leche y huevos se encuentran entre los animales menos protegidos legalmente en los EE.UU.

No existen leyes federales para proteger a los animales en las granjas, y las leyes que existen para ofrecer cierta protección durante el transporte y el sacrificio no se aplican a pollos, pavos, patos, gansos o cualquier otra ave de corral, y no se aplican a los peces. Esto se traduce a que la gran mayoría de los animales transportados y sacrificados no tienen ninguna protección federal.

Los animales que están legalmente «protegidos» todavía pueden transportarse en camiones durante 28 horas seguidas antes de descargarlos para descansar, comer y beber. Incluso esta escasa ley se ve debilitada por lagunas, la falta de aplicación y las bajas multas por infracciones.

Las leyes estatales son la única esperanza para la protección de los animales en las granjas, pero desafortunadamente la mayoría de los estados eximen expresamente de sus regulaciones a los animales de granja o hasta las prácticas rutinarias crueles que han sido expuestas. Incluso cuando existen leyes, rara vez se hacen cumplir. Después de todo, ¿quién va a informar sobre las infracciones a menos que un investigador encubierto se encuentre allí?

¿CÓMO MATAN A LOS ANIMALES EN LA INDUSTRIA GANADERA?

Todos los animales sufren durante el proceso de matanza. El viaje al matadero es aterrador y agotador, y una vez allí, son conducidos a través de la unidad, a menudo golpeados con palos o pinchados con aguijones eléctricos, mientras que a su alrededor se oye el sonido metálico de la maquinaria, el hedor de la sangre y los sonidos de animales asustados.

Los animales terrestres son colgados boca arriba y se les corta la garganta. Por ley, deben ser aturdidos primero, aunque existen excepciones que dejan a millones de animales con plena conciencia al momento de la matanza, y los métodos de aturdimiento varían de una especie a otra. El aturdimiento está destinado a dejar al animal inconsciente antes de que le corten la garganta, pero con demasiada frecuencia el aturdimiento se suma al miedo y al sufrimiento experimentado. Está claro que no aturdir causa un sufrimiento inmenso, pero también está claro que el aturdimiento causa un sufrimiento inmenso también. La única solución es no matar en absoluto.

En los mataderos, las vacas son aturdidas con una «pistola de perno cautivo». Esta es una pistola con un cerrojo retráctil que se dispara al cerebro del animal. Si el impacto es lo suficientemente fuerte, si el cerrojo está colocado correctamente y si el animal no se mueve, el animal es aturdido rápidamente. En realidad, pueden recibir varios disparos en la cabeza antes de que pierdan el conocimiento y caigan.

Las ovejas generalmente son aturdidas con pinzas eléctricas que se colocan alrededor de la cabeza y pasan la corriente a través de sus cerebros. Si la colocación es imperfecta, o las tenazas no se aplican de la manera correcta o durante el tiempo correcto, o si el animal asustado se mueve, sufrirá una gran descarga eléctrica pero no quedará inconsciente.

También se aturde a los cerdos con tenazas electrificadas, pero en muchos países es más probable que los pongan en una jaula y los bajen a una cámara llena de gas. A medida que entran en pánico e hiperventilan, los animales respiran los vapores tóxicos, convulsionan debido al veneno abrasivo y se asfixian por falta de oxígeno.

Los pollos y pavos a veces son colgados boca abajo por las patas y sumergidos en agua electrificada. Los que son pequeños de tamaño a veces no llegan a pasar por el agua; algunos también la evitan al levantar la cabeza a tiempo. Estos animales llegan al cortador de cuello completamente conscientes. Es cada vez más común que las aves sean gaseadas.

LA CRUELDAD ANIMAL EN LOS MATADEROS: LOS HECHOS

Todas las investigaciones en mataderos realizadas en cualquier parte del mundo han revelado horrores insoportables. Incluso cuando se siguen las mejores prácticas, los animales gritan, huyen y luchan por sus vidas. Esta terrible y brutal experiencia se ve agravada por la violencia adicional que habitualmente ejercen los trabajadores de los mataderos. Estas son personas que también vemos como víctimas. Están atrapadas haciendo un trabajo que es peligroso, mal remunerado, aumenta el riesgo de sufrir problemas de salud mental y son tratadas como artículos desechables. Y, sin embargo, no hay excusa para patear, golpear y quemar animales asustados con cigarrillos. No hay excusa para usar las tenazas electrificadas para dar deliberadamente descargas eléctricas a través de las orejas, la cola y la boca abierta de los animales que sufren. Y no hay excusa para pararse en el cuello de un animal o encajarlo con grilletes.

¿POR QUÉ SE DEBEN PROHIBIR LAS GRANJAS INDUSTRIALES?

Hay pocas industrias en el mundo que causen tanto daño como la ganadería. Causa la destrucción de los bosques, la contaminación de la tierra, los cursos de agua y la tierra, y la extinción de innumerables especies. Agrava seriamente el colapso climático del que ya estamos viendo cifras récord, incendios forestales devastadores, escasez de agua, destrozo de corales, zonas muertas en el océano, olas de calor peligrosas, aumento de los niveles del mar, deshielo de los casquetes polares e inundaciones devastadoras.

Sin duda, esto por sí solo es razón suficiente para dejar de criar animales.

Siendo tres de cada cuatro enfermedades emergentes, provenientes de animales, los científicos nos dicen que la próxima pandemia podría provenir muy fácilmente de las granjas industriales. Ya sabemos cómo una pandemia puede afectar a nuestras familias, nuestras comunidades y nuestras economías. ¿No es esa razón suficiente para prohibir la ganadería industrial?

La cría de animales también causa enfermedades y sufrimiento en las personas que viven cerca de las granjas industriales y en quienes trabajan en ellas. La matanza de animales causa sufrimiento adicional a las personas; se ha relacionado con una variedad de trastornos, incluido el trastorno de estrés postraumático, el estrés traumático inducido por la perpetración (PITS) y un aumento en las tasas de delincuencia, incluidos incidentes más altos de abuso doméstico, así como abuso de alcohol y drogas.

Si nos preocupamos por nuestras comunidades, ¿no deberíamos prohibir las granjas industriales?

Las personas que viven en países donde hay escasez de alimentos también son víctimas de las granjas industriales. Si tomáramos todo el grano con el que actualmente alimentamos a los animales de granja en Estados Unidos, y se lo diéramos a los humanos, podríamos alimentar a 800 millones de personas hambrientas. Adivina cuántas personas se irán a dormir con hambre esta noche: alrededor de 820 millones.

¿Acaso acabar con el hambre en el mundo no es una buena razón para dejar de criar animales?

¿Y qué hay de los propios animales? ¿Esos seres sintientes que aman, temen, sienten placer y tienen vidas internas complejas? ¿Esas personas inteligentes que, como nosotros, quieren un lugar seguro para vivir y criar a sus crías? La cría de animales es increíblemente cruel y es injusto tratar a nuestros hermanos de esta manera.

Para ellos, debemos acabar con la ganadería industrial.

CONCLUSIÓN

La ganadería industrial es abominable. Es mala para los animales, las personas y para el planeta. Amenaza nuestra salud y el futuro de la humanidad. ¡Ni siquiera es buena para la economía! La industria está respaldada por nuestros impuestos, e inevitablemente tendremos que pagar de nuevo más adelante cuando tengamos que arreglar la destrucción de la industria. Y eso sin mencionar el dinero gastado en salud cuando sufrimos algunos tipos de cáncer o desarrollamos diabetes o enfermedades cardíacas como resultado de comer esos productos.

Nos cuesta caro.

Entonces, ¿debería prohibirse la ganadería industrial? Sí, por supuesto. Y debería prohibirse ahora mismo.

No tenemos que esperar a que se prohíba la ganadería industrial para aportar nuestro granito de arena. Cada uno de nosotros puede retirar su apoyo a este terrible comercio.

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